Masía de can Llong
Ubicada en la carretera de la Sentiu, esta masía de origen medieval y actualmente de propiedad municipal, fue una de las más importantes de Gavà.
La riqueza de recursos y buena ubicación del valle de la Sentiu se ponen de manifiesto por hallazgos de época prehistórica y los restos de época ibero-romana en el entorno de la masía de can Llong. Tradicionalmente fue una rica zona agrícola a la vez que camino de paso hacia el castillo de Eramprunyà y el macizo de Garraf.
Las primeras referencias de la masía datan del siglo XIV y la vinculan a la familia Sbert, de quien toma el nombre de origen. A partir de 1700 será conocida ya por can Llong y será una de las masías más importantes de Gavà.
El poeta y cronista Marian Colomé (1894-1974) recoge el recuerdo popular de can Llong como una de las casas que sufrió más robos a manos de los bandoleros que, a mediados del siglo XIX, saqueaban caminos y haciendas de casi toda Cataluña. Y como en uno de esos ataques, luchando para defender sus bienes, algunos de los habitantes de la casa murieron a manos de los asaltantes.
De la masía destacan los elementos construidos con la piedra rojiza de la zona: los dos portales dintelados de medio punto; los dinteles superiores y jambas laterales de puertas y ventanas; y las aristas de las cornisas o voladizos. En la fachada principal hay un reloj de sol que data del año 1833, cuando se efectuó una reforma.
En 1998, el Ayuntamiento hizo una profunda reforma, ya que solo quedaban los muros, y actualmente acoge un restaurante que se enmarca en el área de recreo de la Sentiu.